Creciente movimiento está desterrando el estigma de los calvos
Durante muchísimo tiempo la calvicie se consideró algo que había que enmascarar o medicar. Pero un creciente movimiento está desterrando el estigma de los calvos, para que luzcan su cabeza con valentía. Raparse puede ser bueno para la cabeza en más de un sentido.
Las crisis existenciales no son raras en la vida de los hombres. Para muchos hombres, la crisis se origina en el descubrimiento de la existencia de pelos en su almohada, el reconocimiento gradual de un retroceso de la línea de nacimiento del cabello o su escasez en la coronilla, signos de decadencia. Es la constatación de que se están quedando calvos, igual que su padre o su tío.
“Lo primero que hay que entender ¡y aceptar! es que el folículo piloso no produce cabellos de forma indefinida. Tiene alrededor de 30 ciclos de vida, durante los que ‘fabrica’ 30 cabellos nuevos. Pero alcanzada esa cifra, el folículo se cicatriza, se sella y para en seco su actividad”, nos comenta la farmaceútica Teresa Climent, responsable de comunicación de Nuggela & Sulé.
Y ya para añadir más presión a los hombres españoles, se une el hecho de que somos el segundo país del mundo con mayor índice de alopecia, con un 42,60% de hombres calvos, solo superados por República Checa (42,79%). El tercer lugar es para Alemania con un 41,24%.
Con este porcentaje, muchos jóvenes viven con miedo a quedarse calvos, pero para otros tantos hombres la salvación llega en forma de una maquinilla de afeitar, un espejo y una gran voluntad de cambio rapándose al cero la cabeza.
Eso es lo que le sucedió a Miguel García, miembro de la Asociación Calvitos: “Cuando me rapé tuve un desbloqueo mental”. Nunca tuve un pelo fuerte y denso, explica y desde antes de los 20 me quedó claro mi futuro capilar, sobre todo cuando me fijaba en la coronilla de mi hermano mayor, que cada vez se parecía más a un helipuerto”, nos comenta con una media sonrisa.
“Recuerdo que era el cachondeo generalizado de todos mis amigos y mi falta de pelo era objeto de chistes constantes: ‘¿Cuál es el colmo de un calvo? Caerse por un barranco y salvarse por un pelo’. Con la autoestima por los suelos, empecé a tomar medicación en forma de pastillas. Hace 20 años, valían una pasta”, dice Miguel. “Y aunque el pelo que tenía iba aguantando sobre mi cabeza, mi cuenta corriente siempre estaba pelada, así que opté por la vía rápida y me rapé a lo Caillou. Desde entonces han pasado seis años y me siento liberado y con el ego por las nubes, porque hasta ligo más que antes de intentar salvar mi melena”.
TheGrefg cambió su visión
Gustavo Moreno se gastaba entre 50 y 60 euros al mes en cortes de pelo que camuflaran su calvicie incipiente y en productos de styling que mantuvieran el cabello en su sitio, no fuera a ser que, por culpa de una racha de viento, se fuera al traste toda su ingeniería de peinado.
Ahora, Gustavo se siente como un hombre nuevo, y su transformación se debe a un vídeo que vio del conocido youtuber TheGrefg (David Cánovas), en el que se rapaba el pelo en directo después de haber perdido una apuesta. TheGrefg prometió que si llegaba a los 12 millones de seguidores antes de terminar el año 2019 se afeitaría la cabeza al cero. Finalmente, consiguió llegar al número marcado y el creador de contenidos no tuvo más remedio que raparse.
“Algo hizo clic en mi cabeza de escaso pelo y cambió mi visión de la calvicie al completo. Más de 500.000 personas estaban viendo a TheGrefg raparse al cero mientras lucía una camiseta con una imagen de él mismo calvo. Toda esa comedia que creó el youtuber alrededor de afeitarse la cabeza me hizo darme cuenta de lo absurdos que eran mis complejos, así que le dije a mi novia que cogiera la maquinilla de afeitar y que me rapara”.
Desde entonces Moreno ya no tiene ni un mechón en la cabeza, ni moreno (haciendo honor a su apellido) ni de otro tipo, y habla abiertamente de su calvicie –cuando antes ni la mencionaba por vergüenza–. Al comprobar que todos sus amigos y familiares le felicitaron por haber tomado esa decisión, Gustavo se empezó a ver también más atractivo e interesante. “Ya no era Gustavo, la Rana, como me llamaban para picarme comparándome con el personaje de Barrio Sésamo, ni sentía ansiedad al ir a la piscina por temor a que mi escasez de pelo dejara ver el cuero cabelludo. Empecé a sentirme otra persona, un hombre más decidido, sin complejos. Realmente os aseguro que empecé a ser otra persona cuando me libré del pelo de mi cabeza”, concluye Gustavo.
¿La cura o la causa?
Lo que está surgiendo podría llamarse un movimiento de ‘positividad calva’. En muchos sentidos, nunca ha sido tan fácil encontrar modelos de conducta calvos. Un vistazo a las vallas publicitarias nos dice que es posible ser duro, tener éxito y ser calvo: pensemos en machos alfa, como actores y deportistas tipo Jason Statham, La Roca, Zinédine Zidane, Bruce Willis… La calvicie tampoco debería ser un obstáculo para ser visto como alguien interesante e inteligente.
De hecho, un estudio realizado por el científico Albert E. Mannes en la Universidad de Pensilvania (EEUU), en donde se medía cómo afectaba a la percepción de los demás que los hombres se raparan la cabeza, concluyó que “los hombres sin pelo eran percibidos como más altos, más fuertes y más dominantes” y, por lo tanto, más atractivos, que la propia versión de sí mismos con pelo.
fuente:
https://www.menshealth.com/es/moda-cuidados-hombre/a37967631/ventajas-de-ser-calvo/